El piano Kuhn-Bösendorfer ostenta el raro privilegio de ser el piano nuevo más caro del mundo, con un precio que arranca en 1,2 millones de dólares (poco más de 800.000 euros) y puede llegar a los 3,5 millones de dólares.
El piano, que viene con su banqueta haciendo juego, tiene incrustados cerca de cuarenta mil cristales Kuhn cortados a mano, dispuestos en un arreglo con forma de diamante en la tapa, el cuerpo, las patas y el protector del teclado. El cristal "refleja la luz como una obra de arte viva, por lo que el piano parece brillar desde el interior - incluso con luz tenue. En la luz más brillante, simplemente deslumbra"
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